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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
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Empresas que prometen curarte de tu adicción a las redes sociales como Facebook, Twitter o Snapchat

Es una asistencia que, en los últimos años, ha aparecido para los usuarios que no consiguen mantenerse alejados de sus dispositivos, aunque quisieran hacerlo. Así, hay terapistas que ofrecen asesoramiento, entrenadores de mindfulness (atención plena) que organizan retiros para desintoxicarse y start-ups que fomentan el bienestar corporativo, todas compitiendo para ayudarte a pasar el día, sin estar en una constante navegación compulsiva.

“Le damos lecciones a la gente para aprender a conducir y nadar, pero cuando se trata de teléfonos inteligentes, todo el mundo simplemente recibe uno y se pone a usarlo”, resalta Pamela Rutledge, directora del Centro de Investigación de Psicología de los Medios, una organización sin fines de lucro, en Newport Beach, EE.UU.

Basado en Houston, EE.UU., el terapista Nathan Driskell dice que en los últimos años el número de personas que le solicitan ayuda para tratar la llamada adicción a las redes sociales ha aumentado en un 20% y ahora conforman el 20% de sus pacientes. Curiosamente, Driskell agrega que, mientras tanto, ha disminuido ligeramente el número de clientes que buscan tratamiento por su adicción a los juegos de computadora.

Hay que decir que la adicción a las redes sociales no está reconocida oficialmente como un trastorno por textos de clasificación médica como el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (DSM, por sus siglas en inglés), una especie de “biblia” sobre la materia. Si debería ser o no considerado como tal es un tema controvertido. Sin embargo, algunos terapistas, incluyendo a Driskell, tratan a los pacientes con los mismos métodos que usarían para ayudar a personas con otras adicciones. El terapista Driskell apunta que, en cierta forma, el impacto psicológico provocado por Facebook, Snapchat y otras plataformas digitales puede ser más difícil de tratar que otras adicciones reconocidas.

“Es peor que al abuso del alcohol y las drogas porque es algo mucho más atractivo y no carga ningún estigma”, sostiene.

Driskell cobra US$150 por hora y trabaja con sus pacientes semanalmente, por lo menos durante seis meses. La mayoría decide recurrir a la terapia después de varios intentos en vano por controlar sus impulsos por su propia cuenta, destaca Sacco.

“Ya cuando piensan que necesitan tratamiento han intentado, sin éxito, limitar el tiempo que pasan frente a la pantalla y se están sintiendo incluso peor”, agrega. “Los que acuden, realmente reconocen que se está apoderando de sus vidas”.