Nanopartículas inducidas a girar arrojan luz sobre el origen de la vida
- Detalles
- Categoría: Actualidad
- Publicado el Sábado, 8 Marzo 2014 11:15am
Los investigadores se refieren a los cristales como “vivos” por que de alguna manera adquieren vida propia a partir de reglas muy simples.Sharon Glotzer, con la cátedra Stuart W. Churchill de la Escuela de Ingienería Química y su equipo descubrió que cuando giraban nanopartículas en una simulación, algunas en la dirección de las agujas del reloj y otras, en sentido contrario las partículas se unían en una compleja arquitectura.
El erquipo descubrió el comportamiento mientras realizaba una investigación buscando métodos para hacer que las partículas se adhirieran a si mismas sin procedimientos complicados – uno de los mayores desafíos de nanotecnología. Cuando las unidades son mil veces más pequeñas que un grano de arena las técnicas normales para construir estructuras ya no son eficaces. Por esta razón, investigadores como Glotzer exploran maneras para que el orden se desarrolle naturalmente desde el desorden muy parecido a lo que pudo haber ocurrido en los inicios de la vida.
“Si somos capaces de entender ésto, no solo podemos imaginar nuevas maneras de producer nuevos materiales y dispositivos, pero también podemos empezar a entender como las primeras estructuras vivas surgieron de una sopa de sustancias químicas” dijo Glotzer, que es además profesora de ciencias de materiales e ingienería, ciencias e ingienería macromolecular, física y física aplicada. “Una de las maneras en que la biología se aproxima al reto del montaje (Nota del traductor: unión de partículas) es alimentando de manera constante bloques de energía. Es lo que hicimos con las nanopartículas”.
Investigadores en el área descubrieron recientemente que si se da a las partículas la energía para movimientos básicos, como por ejemplo moverse en una dirección pueden empezar a influir una a la otra, formando grupos. El grupo observó las consecuencias si a todas las partículas se las haría girar.
“Se organizan,” dijo Daphne Klotsa, una de las investigadoras en el laboratorio de Glotzer. “Desarrollaron dinámicas colectivas que no podíamos haber previsto”.
La simulación computacional creada por el equipo puede ser imaginada como dos conjuntos de molinos en una mesa de hockey de aire. El aire empujando hacia arriba de la mesa, empuja a los molinos hacia la derecha y a los otros, en el sentido contrario. Cuando los molinos están lo suficientemente llenos hasta que sus hojas se tocan entre si, el equipo vió que comenzaban a dividirse entre sí hacia la derecha y hacia la izquierda en movimientos giratorios, un comportamiento de auto organización conocido entre los investigadores como la separación en fases.