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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
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Criticar el peso engorda y... ¿las dietas también?

dietaLa discriminación contra las personas obesas está en todas partes: en el trabajo, en las relaciones, en los medios de comunicación y en la calle; y persiste, en parte, gracias la creencia de que este tipo de matoneo tiene un propósito admirable: avergonzar a la gente para que pierda peso. Ahora la ciencia se ha pronunciado al respecto y afirma que las críticas no inspiran a cambiar.

Un estudio de la psicóloga Angelina Sutin hecho en 2006 y nuevamente en 2010 en la Escuela de Medicina de la Universidad Estatal de Florida (EE. UU.) recolectó el índice de masa corporal (IMC) de más de 6.000 mujeres mayores de 50 años. Las participantes tenían un peso normal, sobrepeso o eran obesas.

Al final de la investigación se descubrió que las personas con sobrepeso que eran discriminadas tenían dos veces más probabilidades de volverse obesas. Asímismo, las participantes que eran obesas al inicio del estudio y sufrían discriminación por su peso tenían tres veces más probabilidades de seguirlo siendo a los cuatro años.

“En vez de motivar a los individuos a perder peso, la discriminación aumenta el riesgo de obesidad”, afirmó Sutin en la revista Plos One donde se publicó el estudio.

Art Caplan, cabeza de la División de Ética Médica del Centro Médico de Langone de la Universidad de Nueva Cork, le dijo al diario Today que el estudio evidencia que no hay una solución fácil para nuestros problemas con el peso, mucho menos avergonzar a la gente.

“Muchas personas (...) piensan que el camino para controlar el peso es la humillación”, dice Coplan. “El sentido común apunta a que esto es falso. La obesidad sigue siendo un problema complejo, en parte por la mezcla de la elección, la genética, el sedentarismo y la promoción de comidas rápidas ricas en azúcar y calorías”.

La representante de la Asociación Nacional de Trastornos Alimenticios, Claire Mysko, afirma que existe un “complejo industrial de la dieta”. La industria para perder peso recoge 20 mil millones de dólares al año lo que la posiciona como la solución a nuestros dilemas con los kilos de más. Paradoja

Meneen Roth, autora del libro “Breaking Free from Emotional Eating” (Liberándose del comer emocional, en español), enfatiza una y otra vez que las dietas son parte del problema porque convencen a las personas de que no saben alimentarse y merecen aguantar hambre. Avergüenzan inherentemente y luego llega la fea verdad de que las dietas a menudo resultan en una ganancia de peso. Así lo demostró una investigación de la Universidad de Melbourne (Australia) según la cual los participantes ganaron peso un año después de comenzar una dieta y reportaron sentir más hambre que antes de comenzarla.