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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
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Acusaciones de abuso sexual empiezan a dividir al cine

Catherine Deneuve

La controvertida carta que firmó Catherine Deneuve y un centenar de personalidades francesas cuestionando la causa ha sido el ataque de mayor perfil al movimiento #MeToo. Pero también están quienes exigen que sea más radical.

Como en cualquier causa social, desde sus inicios, el llamado movimiento “#MeToo” (yo también) ha sido objeto de debate, y a veces de críticas, aunque estas últimas generalmente provenían de actores y directores (hombres) algo desafortunados en su forma de expresarse.

Surgido luego de que se descubriera el abuso sexual reiterado por parte del productor cinematográfico Harvey Weinstein en contra de decenas de mujeres a lo largo de los años, el movimiento sólo creció, sobre todo luego de que casos similares comenzaran a salir a la luz desde toda la industria del entretenimiento.

La conversación, que se ha expandido mucho más allá del cine y ha dominado hasta la política norteamericana, no sólo se ha enfocado en generar conciencia sobre la facilidad con la que los hombres con poder pueden abusar de mujeres a su cargo, sino en general a la disparidad de género en algunos temas, desde derechos sociales hasta remuneración.

Pero si bien el consenso pareciera ser que el fondo de #MeToo es digno de discutirse, la forma ha sido más divisiva, tanto de quienes la consideran exagerada hasta los que piden que sea más radical. Dentro del primer grupo está la legendaria actriz francesa Catherine Deneuve, quien junto a cien personalidades de su país publicaron el martes una carta abierta en el periódico Le Monde contra del movimiento, asegurando que se ha transformado en una “cacería de brujas” y que los hombres “deberían tener permitido coquetear con las mujeres”, asegurando que causas como #MeToo agrupan en el mismo nivel de gravedad el flirteo con la violación (ver extracto de la carta).

Deneuve y compañía aseguran que el clima actual de denuncias contra figuras del entretenimiento ha establecido un nuevo “puritanismo” en el mundo del arte. La carta también defiende en un momento al polémico cineasta Roman Polanski, acusado de violación a una menor. Predeciblemente, la posición desató una polémica que aún no se apaga.

“Quienes firman esa carta confunden deliberadamente la seducción basada en el respeto y el placer con la violencia (…) están usando su atractivo para los medios en hacer parecer la violencia sexual como algo común”, manifestaron a través de otra carta una treintena de feministas francesas.

“Catherine Deneuve y las otras mujeres que firmaron esa carta le están diciendo al mundo que su misoginia interior las lobotomizó hasta un punto de no retorno”, tuiteó de forma irónica la actriz Asia Argento, una de las primeras denunciantes de Weinstein.

A través de una columna en The Guardian, la escritora Van Badham aseguró: “La libertad sexual es el derecho a determinar tu comportamiento sexual sin coerción”.