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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
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Trump elimina DACA La Trifecta del odio: Charlottesville, Arpaio y ahora los Dreamers

Por: David Torres
Washington DC.-

A continuación compartimos las reacciones de Frank Sharry, Director Ejecutivo de America’s Voice Education Fund, y de Juan Escalante, beneficiario de DACA y Director de Campañas Digitales de America’s Voice, en torno al anuncio de la eliminación del programa. El DHS inmediatamente dejará de aceptar solicitudes para el programa de Acción Diferida para Quienes Llegaron en la Infancia (DACA) y dejará de renovarlo a los actuales beneficiarios en marzo de 2018.

“Hoy, el presidente Trump ha terminado formalmente el programa DACA que dio esperanza y futuro a cientos de miles de jóvenes que son estadounidenses en todo, excepto en su estatus migratorio. En un acto de cobardía moral y política, Trump ha alcanzado un nuevo nivel de malicia al aplastar los sueños de 800,000 jóvenes que son tan estadounidenses como tú y como yo. Tras justificar el nacionalismo blanco en su respuesta a lo acontecido en Charlottesville y de socavar nuestro sistema de justicia con su perdón al racista Joe Arpaio, Trump ha volcado su odio contra los jóvenes hombres y mujeres que conocemos como ‘Dreamers’. Sus sueños han sido convertidos ahora en una pesadilla en el régimen de este oscuro y desalmado presidente. La forma en que Estados Unidos trate a los Dreamers es una prueba moral que va más allá de etiquetas de partido y nos hace preguntarnos lo que somos como pueblo y lo que aspiramos a ser como país. Los Dreamers son estadounidenses. Crecieron en este país, se graduaron de sus escuelas y se pusieron a trabajar aquí. Sus sueños están hechos en Estados Unidos. Ahora su futuro está amenazado. Nadie debería caer en la trastada de la Casa Blanca de que había un mínimo de humanidad en su decisión de hoy. No hay terreno neutral ni ambigüedad cuando se trata de los Dreamers. Es tiempo de escoger y todos deberíamos hoy estar del lado de los Dreamers, en su momento de necesidad, y presionar al Congreso para que haga avanzar un mejor proyecto de ley bipartidista y permanente para extender las protecciones y oportunidades que ellos merecen y de las que todos nos beneficiamos”.

“No ganamos DACA u otras políticas pro inmigrantes acobardándonos o escondiendo lo que somos; logramos eso luchando por lo que es justo y dando cientos de miles de ejemplos de por qué Estados Unidos se beneficia de los inmigrantes de todos los orígenes. Como a los otros 800,000, DACA me ha ayudado a cambiar mi vida y a trazar un nuevo futuro para mí y para mi familia. El presidente Trump y sus aliados antiinmigrantes pueden quitarme mi estatus de DACA, pero no nos pueden quitar nuestra determinación de seguir luchando a nombre de nuestras familias y de nuestro futuro, o desarrollar los éxitos de DACA para este propósito, el siguiente capítulo de nuestra lucha. Para los inmigrantes y DREAMers que lean esto, les insto a unirse y pelear contra este ataque a nuestras comunidades. No podemos permitir que nuestra ansiedad y nuestros miedos sean un obstáculo en la lucha que aún nos queda por librar. La verdad es que no estamos solos. Si eres un aliado, un amigo o un buen ser humano que entiende que los inmigrantes trabajan duro, respetan las reglas y son orgullosos aspirantes a ser estadounidenses, por favor lucha de nuestro lado en los días y semanas por venir, y te insto a que también te nos unas en esta lucha: llama a tu congresista hoy, mañana y todos los días hasta que se aprenda tu nombre y exígele que copatrocine el Dream Act. Esta es la única manera de asegurar que los Dreamers se queden en Estados Unidos y no sean el objetivo de la Fuerza de Deportación de Trump”.

Trump hace honor a su cobardía. Sorpresa, no. En lo absoluto. El presidente Donald J. Trump tomó la decisión que se anticipaba: revocó la Acción Diferida para Quienes Llegaron en la Infancia (DACA). Su oscuro corazón solo le permitió dar un lapso de seis meses para que la revocación se haga efectiva y, presuntamente, ver si en ese periodo el disfuncional Congreso de mayoría republicana aprueba algo que ofrezca algún alivio a los DREAMers.

No era necesario revocar DACA para pedir acción del Congreso, pero a Trump lo mueven al menos tres cosas: cumplir con su promesa de campaña de eliminar DACA a su base más antiinmigrante, no porque su vil acción sea justa o necesaria, sino porque quiere mantener contento a ese sector recalcitrante que le es fiel hasta el final.

La segunda razón es que DACA fue girado por Barack Obama en junio de 2012 y la misión de Trump desde que asumió la presidencia es sencillamente deshacer todo lo que tenga el sello de Obama, sea legislación o acción ejecutiva. Trump es tan inseguro y su desdén contra Obama es tal, que solo quiere borrar el legado del expresidente.

Hay una tercera razón. Trump no asume ni culpas ni responsabilidades. Tras decir que los DREAMers estaban cerca de su corazón o incluso afirmar que los ama, Trump coloca a su achichincle, el Secretario de Justicia, Jeff Sessions, a dar la cara por él. Algo que al antiinmigrante Sessions no lo perturba en absoluto. Sessions y su pupilo, Stephen Miller, asesor de Trump en la Casa Blanca, tienen a DACA en la mira desde que se ordenó en 2012. La catalogan de anticonstitucional.