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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
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Un acuerdo al que se debe llegar y que se tiene al alcance de la mano

Por: AV Press Releases

Lynn Tramonte, subdirectora de America’s Voice, dio a conocer el siguiente comunicado tras la reunión que se llevó a cabo en la Casa Blanca sobre el tema migratorio:

Washington DC.-

Los resultados de la reunión de hoy en la Casa Blanca muestran que hay un acuerdo al que se debe llegar y que está al alcance de la mano. El Congreso debe resolver la urgente crisis de los Dreamers este mes. Todos los días expiran los permisos de trabajo de los Dreamers, las licencias de manejo y las protecciones contra la deportación. Les preocupa perder empleos y hogares. No pueden planear su futuro. No pueden tranquilizar a sus hijos en el sentido de que estarán aquí un mes o un año.

Esta es una crisis con una solución simple que la mayoría de los estadounidenses apoya. Quieren que el Congreso arregle el estatus de los Dreamers de una vez por todas. También hay fuerte apoyo bipartidista entre los miembros del Congreso para que esto se resuelva. En medio del camino han estado los débiles líderes republicanos y los fanáticos de la Casa Blanca que han tratado de perjudicar un acuerdo sobre los Dreamers con píldoras venenosas, con la esperanza de aniquilar todo el esfuerzo. El Congreso debe proclamar un acuerdo estrictamente hecho a la medida que comience con el Dream Act bipartidista. Si los republicanos insisten en medidas de seguridad fronteriza, entonces deberían ser rentables y útiles, no un muro fronterizo que no es ninguna de las dos cosas.

Hoy, el presidente Trump respaldó un esbozo de acuerdo en torno a “arreglar DACA por seguridad fronteriza”, similar al que había llegado con el senador Schumer y la líder Pelosi en septiembre pasado. Reflejó apertura para abordar otros temas migratorios más adelante, como parte de una negociación en dos fases. Esta es la forma correcta de proceder. Ahora le toca al líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell; al presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y al líder de la mayoría, Kevin McCarthy, seguir por el esbozo con el que Trump estuvo de acuerdo e incluirlo en el proyecto de ley de gastos que tiene que ser aprobado el 19 de enero. La nación lo quiere, una mayoría en ambos partidos también, y el presidente acaba de decir que él también lo quiere. Hay que hacerlo. El presidente Donald J. Trump y sus habilitadores siguen haciendo alarde de su vileza en el 2018, incluso con más bríos, y el ensañamiento contra los inmigrantes sigue estando al tope de su lista.

Dijo Trump en uno de sus tuits que quiere una “solución” para los Dreamers y DACA. Escribió que “los demócratas no están haciendo nada por DACA, están sólo interesados en la política. Los activistas de DACA y los hispanos se irán contra los demócratas y comenzarán a enamorarse de los republicanos y de su presidente”. Quizá se “enamoren” del presidente quienes sufran del Síndrome de Estocolmo, porque en materia migratoria lo único que ha hecho es emprenderla sin piedad contra todo tipo de migrantes. Este lunes su administración puso fin al TPS o Estatus de Protección Temporal para unos 200 mil salvadoreños dándoles como plazo hasta septiembre de 2019 para salir del país o regularizarse de otro modo si son elegibles.

Sólo piense que si en efecto Trump quería hacer algo por los Dreamers, no debió rescindir DACA el pasado 5 de septiembre, como lo hizo. Pudo dejar el programa en efecto mientras se buscaba una solución permanente. Pero como fue Barack Obama quien giró la orden ejecutiva que concedió DACA, Trump tenía que anularla a toda costa. Fijó un plazo de seis meses, hasta el 5 de marzo, para que el Congreso tomara cartas en el asunto. Pero en lugar de abordar el tema de los Dreamers de manera independiente, considerando que se trata de un grupo particular de imigrantes que fueron traidos cuando niños sin sus documentos en regla, quiere vincular la solución a DACA con su larga lista de peticiones migratorias, comenzando con 18 mil millones de dólares para el inútil muro que prometió en la campaña, asfixiar a las ciudades santuario, evitar que los inmigrantes peticionen familiares, sumar más agentes fronterizos y eliminar la lotería de visas, entre otras cosas.

Nuevamente, sólo piense que ambas cámaras del Congreso son controladas por el Partido Republicano y que Trump y sus aliados en la legislatura pueden impulsar, cuando así lo deseen, su lista de demandas antiinmigrantes. Que la aprueben es otra cosa. Pero la viculan con la solución de los Dreamers para arrinconar a los demócratas y, en el fondo, para entorpecer cualquier solución que se perfile como un beneficio para un grupo de inmigrantes, así sea para estos jóvenes que ya están contribuyendo a su país con sus estudios, su trabajo, sus impuestos y su servicio militar. Un 85% de los estadounidenses favorece una solución para los Dreamers.

De momento, cualquier cosa puede suceder. Una vez más la sombra de un potencial cierre gubernamental se posa sobre Washington y una vez más los Dreamers se convierten en fichas de cambio de un cruel juego político.