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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
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El año en el que no pasó nada

Por: Luisa Fernanda Montero
Para La Red Hispana
Washington DC.-

Falta ya muy poco para cerrar el 2013 y lo único claro en términos de inmigración es que este será otro año que termina sin que haya una luz para las miles de personas que viven y trabajan en Estados Unidos y que carecen de un estatus legal. Este, que para tantos fue el año de la esperanza, pasará a la historia como otro año en el que no pasó nada. En el que a pesar de los esfuerzos de los activistas que se manifestaron de tantas formas miles de personas continúan siendo relegadas en sus derechos y en su dignidad y miles de familias continúan viviendo los muchos dolores de la separación forzada.

Este 2013 será recordado como el año en el que muchos poderosos salieron a hablar y a decir que la reforma es necesaria y justa, pero pocos hicieron algo para conseguirla. Árboles de navidad y chimeneas estarán seguramente llenos de regalos, pero muchos niños no podrán disfrutar de la compañía de sus padres. Sin embargo, a las mesas del país y el mundo seguirán llegando las frutas y las legumbres cultivadas por manos inmigrantes. Y mientras la reforma sigue estancada en la Cámara de Representantes, frente al Capitolio en Washington, hombres y mujeres comprometidos con la causa se someten al suplicio del hambre poniendo en riesgo su salud y sacrificando su bienestar. Pero no nos hagamos ilusiones, el desierto está lleno de esqueletos. La inoperancia de las autoridades estadounidenses para regular sus leyes avala el tráfico humano y alimenta la codicia de que quienes se benefician mercadeando impunemente con los sueños de aquellos que no tienen alternativas.

Los señores de la Cámara celebrarán su blanca navidad, mientras cientos de familias centroamericanas ignoran el paradero de sus seres queridos que un día se marcharon en busca de un mundo mejor. El caos seguirá siendo la norma en el país de las leyes. Pero, ¿quienes ganan? ¿Quiénes se benefician con la ausencia de una reforma migratoria? ¿Qué hay más allá de la inoperancia y la ineptitud de aquellos llamados a legislar? Siempre gana alguien. Qué pueden decir, por ejemplo, los empresarios que ignoran las leyes laborales y abusan de los inmigrantes pagando salarios de hambre u obligándolos a vivir en condiciones degradantes. Como dirían los detectives, siempre hay que seguir el dinero.

Lamentablemente los ideales de justicia y los fundamentos morales y éticos que deben guiar a las sociedades pasan a mejor vida con frecuencia gracias a las motivaciones políticas y económicas que mueven conciencias con mucha más facilidad de lo que sospechamos. En el 2013, realmente no pasó nada. Continúan las deportaciones, las familias siguen separadas, los legisladores siguen esquivando sus deberes, los traficantes siguen aprovechando el caos, los inmigrantes siguen muriendo en el desierto… ¿qué pasará en el 2014?