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Martes, 3 de Diciembre del 2024
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Tema migratorio crea aguda división, mientras el presidencial toma forma

Por: María Ponce

Los demócratas avanzan y los aspirantes del Partido Republicano retroceden.

Washington DC.-

El tema migratorio está tomando forma como uno de los puntos de contraste más agudos entre los dos ámbitos presidenciales partidistas para 2016. Mientras los demócratas están adoptando políticas pro inmigrantes e inclinándose en favor de la nueva política migratoria a un nivel nunca antes visto, los republicanos parecen ignorar las lecciones del ciclo electoral de 2012 y específicamente el consejo en torno a la inmigración incluido en el infame informe postelectoral del Comité Nacional Republicano. Sólo hay que fijarse en la evidencia acumulada durante la campaña en esta semana: En la parte demócrata, la aspirante presidencial Hillary Clinton ha optado por una agresiva estrategia de “en favor de”, en relación con el tema migratorio y el compromiso con el nuevo electorado estadounidense.

Mientras tanto, ayer durante un evento en la Cámara de Comercio Hispana, el ex gobernador de Maryland, Martin O’Malley, siguió subrayando su récord pro inmigrante y dijo que “iría tras la reforma migratoria en sus primeros 100 días en el cargo y utilizaría la acción ejecutiva de ser necesario”. Como lo han destacado numerosos análisis, O’Malley considera el tema migratorio y el acercamiento con el votante latino como partes esenciales de su campaña. Y el ex gobernador de Rhode Island y senador republicano, Lincoln Chafee, que cambió de partido y está contendiendo por la nominación presidencial demócrata, subrayó su apoyo a una vía a la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados durante su discurso.

En el lado republicano, el gobernador de Texas, Rick Perry, anuncio su segundo intento para la nominación de su partido. En el tema migratorio, parece haber hecho a un lado las lecciones equivocadas de 2012 y ahora enfatiza su “endurecimiento” en torno a la frontera y la inmigración, incluyendo tomar como chivos expiatorios a los niños refugiados que huyen de la violencia en Centroamérica, y sembrando miedo sobre una supuesta “frontera fuera de control” para apuntalar sus intenciones de línea dura (Lea una descripción detallada de America’s Voice sobre el récord del gobernador Rick Perry y su retórica en inmigración aquí.) Por supuesto, el alarmismo de Perry sobre la frontera choca con la situación real.

Una reciente nota de primera página en el Washington Post, de Jerry Markon, destacó que “los flujos de inmigración ilegal han caído a su nivel más bajo en al menos dos décadas”. El artículo señala que la cantidad de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos ha bajado en años recientes, lo que significa que más gente se está yendo que llegando, y quienes se quedan son mayores y más establecidos. Esta es una evidencia mucho más fuerte de que la migración no autorizada en la frontera Estados Unidos-México ha descendido considerablemente, y que el verdadero tema en política migratoria sigue siendo el qué hacer con los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven y trabajan en Estados Unidos.

De manera similar, el gobernador Walker continúa en su mezcla de políticas incoherentes y de línea dura en el tema migratorio.