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Miércoles, 4 de Diciembre del 2024
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Guerra contra la discriminación institucional

Por: Humberto Caspa, Ph.D., profesor e investigador de Economics On The Move Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Washington DC.-

He escuchado todo tipo de insultos. No, no es que me haya acostumbrado. Pero cada vez que hay elecciones o problemas en Estados Unidos, ya sé que voy a oír duras críticas, insultos y tonterías sobre los inmigrantes indocumentados que vienen de América Latina. Para los candidatos presidenciales, en busca de votos, para los políticos oportunistas, para los comentaristas en la televisión y para los habladores en las redes sociales, es fácil acusar a los inmigrantes porque, generalmente, no se pueden defender.

¿Cuándo fue la última vez que apareció un indocumentado en la TV o respondiendo a las críticas de un precandidato a la Casa Blanca? Exacto, nadie representa a los indocumentados y ellos prefieren no hablar para no ser deportados. Los culpan de la criminalidad, de los problemas económicos y de haber violado la ley.

Se equivocan. Las cifras dicen otra cosa. Empecemos por el crimen. Es un mito que los indocumentados aumentan la criminalidad en Estados Unidos. Eso es falso. La gran mayoría de los indocumentados –vengan de donde vengan– no son delincuentes ni violadores. Las estadísticas demuestran que el aumento de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos ha significado una reducción en la criminalidad. De 1990 al 2012 el número de indocumentados aumentó de 3.5 millones a 11.2 millones, según cifras del censo y del Pew Center. Y en ese mismo período, según el FBI, el porcentaje de crimen violento bajó 48 por ciento. (Aquí está el estudio del American Immigration Council: bit.ly/1RlaTte.)

Otro dato. También es falso que los inmigrantes sean más violentos y criminales que los que nacieron en Estados Unidos. Los nacidos en Estados Unidos terminan más en la cárcel (3.51%) que los nacidos en el extranjero (0.86%), de acuerdo con el Migration Policy Institute (y esta es la fuente: bit.ly/1zIXind).

Es injusto culpar a todos los inmigrantes indocumentados por los crímenes de unos pocos. Eso sería tan injusto como culpar a todos los norteamericanos por la masacre que cometió un estadounidense en una iglesia de Charleston, Carolina del Sur – donde murieron nueve personas – o por la matanza cometida por otro en un cine de Aurora, Colorado, donde asesinaron a 12.

Conclusión: los inmigrantes, legales e indocumentados, NO cometen más crímenes que el resto de la población. En cambio, los inmigrantes SÍ son responsables de una mejoría en la economía de Estados Unidos.

Contribuyen económicamente mucho más de lo que reciben en salud, servicios sociales y educación para sus hijos. Pagan impuestos, crean trabajos y hacen las labores que nadie más desea. Cosechan nuestra comida, construyen las casas donde vivimos y cuidan a nuestros hijos. Otro dato. Los inmigrantes son un gran negocio. La legalización de la mayoría de los indocumentados –como lo propuso el Senado en el 2013– generaría una contribución económica de 700 mil millones de dólares en los primeros 10 años. No es cuento. (Aquí está el estudio de la Casa Blanca y de la oficina del Congreso CBO: 1. usa.gov/1LS5t4l.)

¿Que los indocumentados violaron la ley? Sí, eso sí es cierto. Pero fue porque aquí hay miles de empresas estadounidenses que les dieron trabajo y que los necesitan. Esas empresas estadounidenses también infringieron –y están infringiendo– la ley. Además, aunque duela escucharlo, somos sus cómplices. Millones de personas –incluyendo tú y yo– nos beneficiamos del trabajo de los indocumentados. Sí, todos somos responsables: los indocumentados por violar la ley, y nosotros por darles empleo y beneficiarnos de su labor.

Y ya que es imposible, absurdo e inhumano deportar a 11 millones de personas y separar a miles de familias, lo que urge es una solución; no más groserías ni discursos cargados de falsedades y prejuicios étnicos. Este es un problema económico y social, binacional, que requiere una solución política.

¿Quién levanta la mano para ayudar? Cada vez que hay una elección presidencial en Estados Unidos parecería que el principal enemigo de este país son los inmigrantes indocumentados. No lo son. Espero que esta elección –y este debate– ayude a resolver el grave asunto de los indocumentados de una vez y por todas.

(Atención candidatos: los votantes latinos conocen el verdadero valor de los inmigrantes, legales e indocumentados, y no van a votar a favor de alguien que los ofenda y los critique injustamente. Y ya lo saben, nadie llega a la Casa Blanca sin el voto de los latinos. Basta ya de mitos, insultos y tonterías).