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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
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Inmigración en el tercer debate el problema empieza mucho más allá de frontera con México

Por: Gerry Broome
Washington DC.-

Mexico

Trump y Clinton hablaron sobre inmigración un total de 10 minutos en los tres debates. Su visión deja muchas preguntas sin resolver.

En los menos de diez minutos que dedicaron a inmigración durante el tercer debate presidencial, Hillary Clinton y Donald Trump mantuvieron la tónica de toda la campaña: ver el flujo humano como un asunto de seguridad nacional. Pero, en realidad, cada vez hay más evidencia de que el origen del problema tiene más que ver con la pobreza creciente, la inestabilidad política y la violencia endémica que domina México y Centroamérica. Se trata de un problema de política exterior, no de seguridad.

La visión muro-centrista de los candidatos apeló al síntoma (los millones de migrantes que van hacia o viven en Estados Unidos), sin tocar las raíces de ese flujo hacia el norte, y sin mencionar cómo la política exterior estadounidense podría impactar ese movimiento. Al sur del río Bravo es cada vez más evidente que la migración desde México y Centroamérica responde más a las carencias locales que al sueño americano.

La migración mexicana hacia Estados Unidos es un fenómeno histórico complejo. El aumento de la violencia y la pobreza en el país en la última década ayudan a explicar por qué sigue existiendo migración. México es uno de los tres países, junto con Guatemala y Venezuela, en donde más creció la pobreza entre 2014 y 2015. El estudio Panorama Social de América Latina 2015 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe señala que la pobreza aumentó de 51.6% de la población en 2012 a 53.2% en 2014. La indigencia afecta al 20.6%.

En México cada día son asesinadas 55 personas. Tan sólo en los primeros dos meses de este año hubo 3,158 homicidios. En 2015 el número de estas muertes llegó a 18,650 en total. No existe un cálculo exacto de cuántos de estas víctimas son consecuencia de la guerra contra el narcotráfico, iniciada hace casi 10 años, y cuántas de la delincuencia común.

A esa cifra hay que sumarle las casi 27,000 personas desaparecidas –de las que no se conoce el paradero– que reconoce el Gobierno mexicano. A ello se añaden los recortes que Estados Unidos ha hecho a los apoyos hacia México. Porque, a pesar de esta situación, Estados Unidos ha suspendido o disminuido la entrega de recursos destinados a combatir el narcotráfico en México. Este año, por ejemplo, no se entregaron cinco millones de dólares para la lucha contra los cárteles. ¿La razón? El gobierno consideró que las fuerzas armadas y la policía no estaban cumpliendo con los requisitos en Derechos Humanos que exige el Congreso estadounidense.

“Tenemos poca información cuantitativa para medir el fenómeno, pero hay zonas del país donde comunidades enteras han tenido que migrar y perderse en el anonimato para no enfrentar la situación de violencia”, dijo a Animal Político Sara María Lara Flores, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México sobre el tema.

Pero, a juzgar por sus discursos, los candidatos parecen desconocer estas causas: Trump sigue insistiendo en la necesidad de cerrar la frontera con México, señalando que los migrantes indocumentados de este país roban empleos a los estadounidenses y acusándolos de criminales e incluso violadores.