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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
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La ciudadanía para los “dreamers” gana apoyos clave entre los republicanos

Por: Paula T. Castellano
Washington DC-

DreamersEl presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, se sumó hoy a la petición de que se abra una vía a la ciudadanía para los jóvenes indocumentados o “dreamers”, una posibilidad que cada vez encuentra mayor consenso en el seno del Partido Republicano.

“Estos niños fueron traídos aquí sin su propio consentimiento y, francamente, están en una situación muy difícil”, indicó Boehner, quien dijo que darles la ciudadanía es un acto “de justicia básica”, y reconoció que “muchos” republicanos creen que “hay que resolver esta situación”.

Con las palabras de hoy, Boehner se alía con un número cada vez mayor de congresistas conservadores que en los últimos meses han apostado por esta opción, como el líder de la mayoría republicana en la Cámara, Eric Cantor, y el presidente del Comité Judicial, Bob Goodlatte. De hecho, los dos últimos trabajan actualmente en un proyecto de ley que permitiría a los “soñadores” acceder a la ciudadanía, algo que Cantor considera una cuestión “de decencia” y “de compasión”, puesto que, a su juicio, de no permitirles ser ciudadanos, “estos niños se encontrarán con que no tienen país”.

El consenso republicano en torno a esta cuestión parece ser cada vez mayor en ambas cámaras, algo casi impensable hace tres años, cuando el Dream Act -que regularizaba la situación de estos jóvenes- fue rechazado por casi la totalidad de los conservadores en el Senado.

Para tratar de recabar más adhesiones tanto a la solución para los “dreamers” como al conjunto de medidas contempladas en la propuesta de reforma migratoria aprobada en el Senado, un grupo de líderes empresariales se ha unido a los senadores del “Grupo de los ocho” para persuadir al mayor número posible de representantes republicanos.

Según el diario Político, los esfuerzos de senadores y empresarios se centrarán en aquellos conservadores con opiniones más “abiertas” en cuestiones migratorias, como los representantes Trey Gowdy (Carolina del Sur), Mario Díaz-Balart (Florida), Mike McCaul (Texas) y Paul Ryan (Wisconsin).

Éste último, excandidato vicepresidencial en las últimas elecciones generales junto a Mitt Romney, es visto como una figura clave por muchos analistas y políticos demócratas, quienes creen que su hipotética postulación a la candidatura republicana para las elecciones de 2016 le hará defender una posición moderada en un asunto de tal importancia para la comunidad hispana.

Hasta ahora, Ryan se ha mostrado partidario de encontrar una “solución” para los once millones de indocumentados que se calcula que residen en EE.UU. y ha rechazado públicamente el uso de la palabra “amnistía”, a la que recurren muchos conservadores del ala más dura para denostar la legalización de los irregulares.

“No es una amnistía. Es, básicamente, amparar a estas personas bajo la ley, hacerles enmendar los errores que cometieron y volverles a poner en la fila. No creo que sea una amnistía, es una manera buena e inteligente de legislar”, dijo Ryan a finales de junio.

El pasado 10 de julio, los principales líderes republicanos de la Cámara se comprometieron, durante una reunión a puerta cerrada, a trabajar en su propia versión de la reforma migratoria, un encuentro en el que tanto Boehner como Ryan advirtieron a sus correligionarios de que su partido debe actuar para no debilitarse políticamente.

Aun así, Boehner reiteró su conocida postura de que la reforma tendrá que contar con el respaldo de la mayoría de los republicanos de la Cámara baja para que salga a flote, lo que, paradójicamente, podría suponer el principal escollo para su aprobación.

Pese al perfil cada vez más moderado y a la voluntad de consenso en ciertos temas como el futuro de los “dreamers” que muestran Ryan, Cantor o el propio Boehner, una importante parte del Partido Republicano mantiene su oposición frontal a la reforma en los términos en que se está planteando.

La voz más destacada de esta facción es la del representante por Iowa Steve King quien, por ejemplo, promovió a principios de junio la votación que llevó a la Cámara a rechazar la llamada “acción diferida”, promulgada el año pasado por Barack Obama para los “dreamers”, y que les protegió temporalmente de la deportación.