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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
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Emotivo discurso, de el ex secretario de Estado Rex Tillerson dejo Washington, la ciudad “malvada”

Por: Paula T. Castellano
Washington DC.-

Tillerson

En un emotivo discurso, el ex secretario de Estado de Donald Trump no dedicó una palabra al mandatario y fue largamente ovacionado.

El secretario de Estado saliente Rex Tillerson, despedido sin contemplaciones la semana pasada por Donald Trump después de meses de rumores sobre sus malas relaciones, se despidió el jueves de Washington, a la que calificó de ciudad “malvada”. Al igual que en su declaración de prensa el 13 de marzo, día de su despido a través de un simple tuit presidencial, el futuro ex jefe de la diplomacia estadounidense no dedicó ni una palabra a Trump en su discurso, largamente aplaudido por el personal del departamento de Estado, que vino a saludarlo al hall de entrada.

“Querría pedir a cada uno de ustedes que cada día tengan un gesto amable hacia alguien. Estamos en una ciudad que puede ser muy malvada”, afirmó, interrumpido por risas y aplausos. “Pero ustedes no están forzados a participar en ese estado de ánimo”, agregó emocionado.

El ex presidente ejecutivo del gigante petrolero ExxonMobil, un novato en política, no cesaba de repetir durante su año en funciones, que era nuevo en Washington, para desmarcarse de los enredos políticos de la capital.

Antes de volver a su hacienda en Texas, Tillerson, de 65 años, seguirá siendo técnicamente secretario de Estado hasta fines de marzo, aunque delegó toda responsabilidad pública y política en su asistente John Sullivan, a la espera de la confirmación por el Congreso de su sucesor designado por Trump, el director de la CIA Mike Pompeo, que no se producirá en todo caso antes de abril.

Rex Tillerson, el “malabarista” que no pudo con la diplomacia de Twitter. En el legado de Rex Tillerson al frente del Departamento de Estado quedarán las múltiples confrontaciones con Donald Trump. El trabajo de Rex Tillerson al frente de la Secretaría de Estado de Estados Unidos había consistido desde su inicio en hacer malabares entre la diplomacia tradicional y la política a golpe de tuit del presidente, Donald Trump, que ha terminado imponiendo su criterio al despedirle a través de la red social.

Los choques entre el trabajo negociador y multilateral de Tillerson en las relaciones exteriores y las afirmaciones directas y agresivas del mandatario -generalmente a través de Twitter- llegaron a su colofón con una decisión sobre la que ya se había especulado: el despido del ex jefe de la petrolera ExxonMobil.

Tillerson, de 65 años, llegó al Departamento de Estado en un momento de tensiones con Latinoamérica por la decisión de Trump de construir un muro en la frontera con México; con Europa debido a sus críticas a la Unión Europea (UE) y la OTAN; y con Medio Oriente por su veto temporal a los inmigrantes de siete países de mayoría musulmana.

Más de un año después de su confirmación, el empresario de marcado acento tejano añade a su currículum una relación atípica entre un presidente y el máximo responsable de la diplomacia, en la que han sido notorios sus desencuentros públicos.

El supuesto episodio de los países “agujeros de mierda”; los descalificativos al líder norcoreano, Kim Jong-un, mientras Tillerson apostaba por la vía diplomática para rebajar la tensión; o las desautorizaciones públicas del mandatario a su labor son algunas de las situaciones que ha tenido que afrontar el ex funcionario.