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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
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El megamuseo de la Biblia genera controversia en el corazón de Washington

Washington DC.-

Biblia

En pleno corazón de Washington, a pocas cuadras de la Casa Blanca y el Capitolio, un proyecto de US$800 millones y casi 40.000 metros cuadrados comienza a tomar forma: un museo de ocho pisos dedicado a la Biblia.

El lugar tiene el objetivo de estudiar “el impacto, la historia y la narrativa” del texto sagrado del cristianismo y el judaísmo a través de una serie de exhibiciones inmersivas y de alta tecnología que están basadas en una colección privada de más de 40.000 objetos. Está previsto que el centro abra sus puertas en 2017, pero desde ya, cuando todavía se encuentra en sus primeras fases, está generando polémica en Estados Unidos.

La idea del proyecto fue de Steve Green, un empresario a cuya familia pertenece una cadena de 600 almacenes de manualidades llamada Hobby Lobby, que asegura en su página web “honrar al Señor” de una manera consistente con los principios bíblicos. La cadena protagonizó hace unos meses las noticias nacionales, cuando la Corte Suprema falló en su favor en un caso histórico contra el gobierno y decretó que las compañías cuyos dueños son religiosos no están obligadas a pagarles los anticonceptivos a sus empleadas bajo la nueva ley de salud.

“Un desperdicio de dinero”. Precisamente el perfil de Green es uno de los motivos que preocupan a quienes han expresado sus dudas por el museo y por los límites entre educar sobre este libro y evangelizar sobre él. El equipo de trabajo de Green asegura que no busca hacer proselitismo y el museo no será sectario, pero hay quienes consideran que será un “vehículo para que los evangélicos como Green y su junta directiva promuevan su agenda a expensas de la tradición de tolerancia y libertad religiosa en EE.UU.”, como expresó un lector del diario The Washington Post en una carta.

Y no se trata solo de lectores. Algunas organizaciones que promueven la separación entre la Iglesia y el Estado también han rechazado el proyecto, como la Fundación para la Libertad de la Religión (FFRF, por sus siglas en inglés).