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Miércoles, 4 de Diciembre del 2024
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Preguntas de joven y reportero dejaron mal parado al aspirante presidencial Bush

Por: Paula T. Castellano
Washington DC.-

Jeb Bush

Sea como sea, convendría tener de Bush (y de todos los candidatos, aspirantes y suspirantes a la Presidencia) mayor trasparencia, para que la ciudadanía sepa bien cuáles son sus actitudes hacia el legado y las responsabilidades de su dinastía política y para dejar claro si está o no detrás de su voto.

Dos momentos de Jeb Bush cautivaron así la opinión pública: uno, el incisivo cuestionamiento que una joven estudiante le hizo sobre, a su juicio, el origen del grupo terrorista Estado Islámico y el papel que en ello habría tenido su hermano, el expresidente George W. Bush; y otro, su al parecer involuntaria y prematura aceptación de que sí está ya contendiendo por la presidencia rumbo a 2016.

El primer round fue con la joven Ivy Ziedrich, de 19 años y estudiante de la Universidad de Nevada. De acuerdo a la televisora ABC, Ziedrich le dijo a Bush que “su hermano creó EI” junto a otras críticas sobre le gestión del expresidente en torno a Irak cuando encabezó la invasión y ocupación de ese país.

La joven, quién indicó que es votante demócrata, le dijo a Bush que su afirmación de que Estado Islámico “fue creado porque no tenemos suficiente presencia y hemos estado retirándonos de Medio Oriente” (es decir, por las decisiones del actual presidente Barack Obama) sería incorrecta, pues a su juicio el grupo terrorista fue creado por la autoridad de la coalición que invadió Irak (encabezada por el gobierno de EEUU, bajo el entonces presidente George W. Bush), que echó a “30,000 personas que eran parte del ejército iraquí”. Esos individuos, dijo Ziedrich, se quedaron sin trabajo y sin ingreso, pero con acceso a armamento.

Así, según ella, George W. Bush habría creado Estado Islámico. Allí le llovieron golpes a derecha e izquierda y por momentos no pudo sino ponerse a la defensiva, contra las cuerdas, soportando cuestionamientos y cargas de su pasado y su herencia política.

Pero lo destacado en lo tocante a Bush es que ante las combinaciones que le propinó Ziedrich, él no pudo reaccionar adecuadamente, trató de intervenir y explicarse pero no lo logró y salió mal parado del intercambio consiguiente. Si no por KO, el encuentro con Ziedrich Bush lo perdió por decisión.

En el segundo caso, podría decirse que Bush se expuso también cuando se postuló accidental y efímeramente al responderle a un reportero del Washington Post, sobre qué cosas haría diferente a su hermano George.

Entonces el exgobernador de Florida dijo: “Yo estoy compitiendo para presidente en 2016 y el foco va a ser cómo nosotros –si yo me postulo-, cómo podemos crear mayor crecimiento económico sostenido en el que más personas tengan oportunidad de lograr el éxito”.

Pero el hecho de que al abrir su frase, y aunque solo fue durante un instante, Bush haya reconocido que está compitiendo (“I am running…” dijo en inglés) para luego de inmediato recapacitar y corregir añadiendo el condicional “si yo me postulo” (“if I run”), dejó en entredicho el compás de espera en que se ha mantenido en relación a su campaña. No ha dado formalmente el sí, pero sus giras, sus actividades de recaudación y su actitud (que se dejó entrever en su respuesta) hablan de que está ya en campaña.

¿Para qué decir, o no decir una cosa, y hacer otra?, sería un cuestionamiento válido ante la dilación de Bush en confirmar sus aspiraciones, máxime cuando cunden sus rivales en el Partido Republicano y cuando la puntera general, Hillary Clinton, algo remisa también, finalmente ha dicho ya que sí y va con todo rumbo a la Casa Blanca.