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Miércoles, 4 de Diciembre del 2024
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Los hispanos dan una calurosa bienvenida al papa Francisco en la Capital de los EE.UU. Washington D.C.

Por: José Angel Aguirre
Washington DC.-

Papa

Los hispanos dieron una calurosa bienvenida al papa Francisco en su primera jornada de visita oficial en Estados Unidos, un día que tomaron como festivo para poder ver al pontífice en su recorrido con el popular papamóvil por el centro de Washington D.C..

Decenas de miles de personas esperaron durante horas en el National Mall, la gran explanada del centro de Washington, para poder ver al santo padre en un área vallada y protegida con medidas de seguridad propias de un control aeroportuario. La gran mayoría de ellos eran hispanos y el español fue la lengua dominante durante toda la jornada, tanto en las filas para entrar como en los cánticos con los que se amenizó la espera. Algunos incluso acamparon por la noche a las puertas de los cuatro controles de seguridad que daban acceso al recinto, situado entre la Casa Blanca y el obelisco del monumento a George Washington.

Sin embargo, incluso los que llegaron a las 09:00 local (13:00 GMT), cinco horas después de la apertura, pudieron garantizarse un buen lugar desde el que ver al papa y tomarle fotos. El comentario general entre los asistentes era que tener un buen puesto había sido mucho más fácil de lo esperado y que, aunque había mucha gente, podría haber habido más. Se esperaban unas 200.000 personas, y a falta de cifras oficiales, lo que sí pudo comprobarse es que las amplias aceras quedaron repletas pero sobraba mucho espacio en los jardines del recinto.

“¡Viva el papa!” fue el grito con el que se recibió al santo padre en la Avenida Constitución, donde se vivieron unos minutos de gran emoción cuando el pontífice saludó desde su papamóvil, que en esta ocasión fue un Jeep Wrangler. El vehículo, por supuesto blanco, tiene un techo de cristal pero está abierto en sus laterales, lo que permitió al papa durante su recorrido por Washington bendecir a un bebé que le acercó un agente de seguridad.

Otro de los momentos más entrañables del recorrido fue cuando Sophie Cruz, una niña indígena hispana, logró saltar la valla con ayuda de su padre y un agente la llevó hasta el papa, a quien entregó una carta en la que le piden que interceda por los inmigrantes. Bergoglio comenzó su recorrido quince minutos después de lo previsto, a las 11:15 hora local (15:15 GMT), tras una ceremonia oficial en la Casa Blanca y una reunión con el presidente, Barack Obama.

El papa recorrió la calle 17, para pasar después por el tramo de la Avenida Constitución que va desde ese punto a la calle 15, donde terminó su saludo a los ciudadanos y partió en su pequeño Fiat 500L a la Catedral de San Mateo para hablar ante centenares de obispos de Estados Unidos.

A pesar de que no vieron al papa más de unos segundos, los asistentes se mostraron satisfechos por haber sido testigos de un momento histórico, ya que ese recorrido era la única oportunidad de ver a Francisco para la gran mayoría de los ciudadanos. Emilio Luna, un salvadoreño que vive en Washington, pidió permiso hoy en el trabajo para ver a su tercer papa: “Es lo más cercano a ver a Jesús”.

Tampoco era la primera vez para Guillermo Castro y Ligia Fatjó, que viajaron desde Costa Rica para visitar a su hija Patricia aprovechando que el papa estaba en la ciudad. Este matrimonio ya vio a Benedicto XVI también en Washington y a Juan Pablo II en Costa Rica.

“Este papa es muy especial, tiene un carisma, sencillez y humildad tremendos”, cuenta Guillermo.

La mayoría de las personas con las que conversó Efe aseguran que habrían acudido a ver a este o a cualquier otro papa, pero algunos no dudaron en dejar claro que sólo lo han hecho porque admiran a Francisco.

Es el caso de Stephanie Padilla-Burton, de origen puertoriqueño, quien se desplazó con su hija desde Virginia para ser testigo de la presencia de su papa favorito.

“Él es mucho más acorde con los asuntos de hoy en día. Por ejemplo, no condena el matrimonio homosexual”, comentó Padilla-Burton.

Bob Welsh, un católico de origen irlandés que vive en Greenbelt (Maryland), esperó hoy desde primera hora jugando a las cartas con su familia. Sus hijos no paraban de repetir: “este papa es realmente genial”.