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Miércoles, 4 de Diciembre del 2024
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Grupos latinos repudian negativa del nuevo Presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan a impulsar reforma migratoria

Por: José Angel Aguirre
Washington DC.-

Paul Ryan

El candidato de la mayoría republicana, Paul Ryan, conversa con varios congresistas antes de la votación del pleno de la Cámara de Representantes de EEUU para elegir a su próximo presidente, en el Capitolio de Washington, Estados Unidos, ayer jueves, 29 de octubre de 2015.

Grupos proinmigrantes rechazaron hoy el compromiso del nuevo presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, de no impulsar una reforma migratoria durante lo que resta del periodo presidencial de Barack Obama. “La Cámara de Representantes está capturada por el ala extrema del Partido Republicano, nadie que vaya a ser presidente de esta cámara va a poder hacer algo por la inmigración”, expresó hoy a Efe la activista migratoria María Bilbao.

El republicano Ryan, de 45 años, quien fue elegido hoy por la Cámara baja como sucesor de John Boehner, ha prometido a su partido no someter a votación una reforma migratoria durante lo que resta de Administración Obama, que termina en enero de 2017.

“Repudiamos que los republicanos no cambien de actitud con respecto al tema migratorio, que se les está saliendo de las manos, y ellos lo saben”, manifestó por su parte Yaqueline López, del grupo Women Working Together.

Salvador Sarmiento, directivo de NDLON, coalición nacional que reúne a más 45 grupos a favor de los trabajadores inmigrantes, señaló que se trata de “un tema de racismo contra Obama desde el momento que ganó la Presidencia”.

“Los republicanos han sido claros en su estrategia de no permitir que Obama obtenga alguna victoria”, aseguró Sarmiento.

Ryan firmó la semana pasada una carta en la que se compromete con los conservadores a no impulsar una reforma de inmigración, salvo que los republicanos en su mayoría así lo acuerden, según el portal conservador National Review. La misiva fue escrita por el congresista republicano por Alabama Mo Brooks el pasado 22 de octubre tras una reunión privada con el sector más conservador, en la que Ryan evaluaba el apoyo que tendría en la votación prevista para elegir al nuevo presidente de la Cámara baja.

La representante demócrata por Florida Debbie Wasserman Schultz lamentó ese compromiso al expresar que “Ryan rehúsa así a poner en la mesa un proyecto de reforma migratoria para no alienar la base de su partido”.

“Lo que pensamos ahora es gastar todas nuestras energías para castigar a los republicanos en las elecciones presidenciales de 2016 y hacer que los hispanos salgan a votar por los demócratas”, indicó Bilbao.

En sus 17 años como representante, Ryan, que hoy fue elegido con 200 votos, de los 245 conservadores que integran el hemiciclo, ha apoyado en su mayoría políticas en contra de los indocumentados. Según la publicación digital TPM, el republicano Brooks solicitó a Ryan confirmar por escrito las limitaciones sobre la política de inmigración, al señalar que ésta cambia “el espectro de votantes, y de esa forma controla los desafíos de cada política pública”.

“Así que esto es para evitar que los latinos voten”, lamentó en su cuenta de Twitter el activista migratorio David Leopold, expresidente de la Asociación de Abogados de Inmigración (AILA).

En el pasado, Ryan ha reiterado que no se puede abordar la reforma migratoria “con un presidente en el que no se puede confiar”.

Sin embargo, Sarmiento, de NDLON, dijo que el presidente Obama “está más dispuesto a deportar, como lo ha hecho, a más de dos millones de indocumentados, para tratar de negociar y todavía los republicanos no quisieron la reforma migratoria”.

Hasta agosto pasado el Gobierno de Obama había deportado a cerca de 2,5 millones de inmigrantes indocumentados.

Boehner, quien renunció a finales de septiembre pasado tras casi cinco años en el cargo, se negó en 2013 a someter a votación en la Cámara baja un proyecto de reforma migratoria que había sido aprobado en junio de ese año por ambos partidos en el Senado. El proyecto reforzaba la seguridad fronteriza e incluía un camino a la ciudadanía para los indocumentados en el país, que se calculan en 11 millones.