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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
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La iglesia en Newfoundland Pensilvania donde se reza con fusiles AR-15 en las manos

Washington DC.-

Iglesia armas

Decenas de personas reciben la bendición en una iglesia, la mano apretada sobre su arma: la imagen es insólita, pero ilustra la brecha que existe entre los defensores del derecho a armarse y los partidarios de un control más estricto.

La escena tiene lugar en una iglesia de Newfoundland, un pueblo de la región rural de Pensilvania, en el este de Estados Unidos, que votó en un 68% a favor de Trump en las presidenciales de 2016. Decenas de personas reciben la bendición en una iglesia, la mano apretada sobre su arma: la imagen es insólita, pero ilustra la brecha que existe en Estados Unidos entre los defensores del derecho a armarse y los partidarios de un control más estricto. Es la Iglesia del santuario, una filial de la iglesia de la Unificación, más conocida como la secta Moon, dirigida por Hyung Jin Moon, el hijo menor del reverendo Moon, fallecido en 2012.

La Iglesia organizó este miércoles una ceremonia de casamiento colectivo o renovación de votos como las que gustaban al reverendo Moon padre. Pero la novedad es que su hijo alentó a los cerca de 500 participantes a mostrar su voluntad de defender a su familia y su religión trayendo consigo un arma semiautomática tipo AR-15, con el cargador vacío y desgatillada para evitar cualquier incidente.

Homófobo y cercano a la derecha dura, según el Southern Poverty Law Center que estudia a los grupos extremistas, Hyung Jin Moon predica una religión que une armas y plegarias: llega a la celebración acompañado de tres hombres armados vestidos con trajes camuflados y anima regularmente en Youtube una emisión, seguida por unos 2.000 abonados, con un fusil de asalto AR-15 colocado frente a él. El sábado organizó una cena de “agradecimiento al presidente Trump” y los fondos fueron donados a una asociación estadounidense de propietarios de armas, la Gun Owners Foundation. Estas no son las multitudes que Moon congregaba en su apogeo en los años 70. Los domingos, la Iglesia del santuario reúne a unos 200 participantes, más un número indeterminado de fieles que siguen las ceremonias por internet desde Japón o Corea del Sur, dice uno de sus responsables, Tim Elder.

La ceremonia, prevista desde hace tiempo, tuvo lugar justo en el día en que los estudiantes de la escuela secundaria de Parkland, en Florida (Sur) regresaron a clases tras la masacre perpetrada el 14 de febrero, cuando un ex estudiante de 19 años mató a tres profesores y 14 alumnos con un AR-15. La celebración, totalmente legal, podría haber pasado desapercibida. Pero a raíz del debate abierto por la tragedia, una escuela primaria vecina decidió cerrar durante la jornada.

Una decena de personas se manifestaban frente a la iglesia, agitando pancartas que leían “Adoren a Dios, no a las armas”, o “Dios no bendice las armas”. Varios canales de televisión cubrían el evento.

Si bien esta congregación es marginal, muchos de sus fieles, como otros estadounidenses, piensan que las masacres no justifican la adopción de leyes más estrictas para la compra y el porte de armas.