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Miércoles, 4 de Diciembre del 2024
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Capos mexicanos de la coca acechan calles de Nueva York

Nueva York-

Capos mexicanos

Sin llamar mucho la atención, estos narcotraficantes han logrado introducir la droga en los barrios latinos del estado, la Plaza dedicada al periodista cubano Manuel de Dios Unanue, quien se hizo popular denunciando a los carteles colombianos de la droga que operaban en NY.

Lejos de la riqueza y exceso asociada a los capos Arellano Félix en las décadas de los 80 y 90, los peces chicos de la sofisticada red del narcotráfico mexicano procuran no llamar la atención en los vecindarios hispanos de Nueva York. El Rosa, un distribuidor minoritario y ocasional consumidor de cocaína que pasa desapercibido por su facha de comerciante, observa el vibrante escenario bajo las vías del tren 7. Conoce Jackson Heights hace dos décadas y de inmediato identifica los rostros nuevos.

“Se ve quién es policía, aunque vengan de encubiertos”, dice. “La ropa de civil no les quita el porte”.

El inmigrante mexicano asegura que la mayoría de sus ingresos son legítimos.

“Soy la conexión entre el que compra y el que vende los 20 (bolsitas de cocaína de $20). Un dinero extra que me entra”, dice. “Vienen a mi negocio, hacen sus arreglos y se van”.

A unas cuadras de donde El Rosa tiene su negocio, fue asesinado el periodista Manuel de Dios Unanue, exdirector de El Diario/La Prensa y agudo periodista de investigación. De Dios, que se hizo popular denunciando a los carteles de droga colombianos, fue muerto dentro del restaurante Mesón Asturias, al lado donde está la plaza que hoy lleva su nombre, el 11 de marzo de 1992. Su asesino fue identificado como Alejandro Wilson Mejía Vélez (18), un indocumentado que presuntamente actuó bajo las ordenes de José Santacruz Londoño, jefe del Cartel de Cali. Hoy, las calles son aparentemente tranquilas pero después de una investigación de dos meses y varias entrevistas a traficantes minoritarios y agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA), El Diario puede confirmar que el negocio de la droga continúa, esta vez en manos de los carteles mexicanos.

Erin Mulvey, agente especial de la DEA, expresó que hace dos décadas muchos colombianos eran arrestados por narcotráfico, pero en la actualidad son más los mexicanos apresados.

“La violencia relacionada con las drogas en Nueva York es producto de las batallas territoriales de las pandillas en los desarrollos de vivienda locales”, explicó Mulvey. “En la ciudad la violencia está en el nivel de distribución, no en el nivel del cártel”.

En este contexto, El Rosa aseguró que “no hay una mafia mexicana en Nueva York como en Chicago, pero seguro tendremos una en pocos años”.

El informante agregó que ante la presión de la DEA y otras fuerzas del orden, los traficantes menores optan por las operaciones en ciclo.

“Vendes por seis meses o un año y lo dejas, pero sin perder a tus compradores. Luego vuelves al negocio. La policía no viene por el pez chico, pero lo investiga para dar con el grande”, dijo. “La Policía te deja para saber qué haces”.

Dos informantes revelaron que los traficantes menores de cocaína y otros estupefacientes también estarían vinculados con la trata de blancas y la venta de documentos falsos.