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Miércoles, 4 de Diciembre del 2024
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Pena de cárcel para madre e hijo latinos por extorsión a un indocumentado

Chicago.-

Extorsionan latinos

Una latina y su hijo fueron sentenciados a penas de prisión federal por haber extorsionado más de 27.000 dólares a un indocumentado salvadoreño que conocieron en Craigslist y amenazaron con violencia y deportación.

La Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) de Chicago informó de que Vicenta Edith Peralta Saavedra, de 59 años, deberá cumplir 18 meses de reclusión, mientras que su hijo Geovanni Ozuna Peralta, de 25, recibió una sentencia de 5 años. Los dos, residentes en Merrillville, Indiana, se habían declarado culpables de conspiración para cometer extorsión.

Según documentos de la corte, en septiembre de 2012 Ozuna Peralta se hizo pasar por una joven estudiante de 18 años residente en California y se conectó con el indocumentado de 32 años que había publicado un anuncio en el que buscaba una relación romántica. La supuesta joven dijo que necesitaba dinero para viajar a Chicago a encontrarse con el indocumentado, quien le envió cientos de dólares para el pasaje primero, y luego más dinero para el supuesto pago de una fianza porque ésta habría sido arrestada. Sin embargo, al encuentro acudió Ozuna Peralta, quien asumió una nueva identidad falsa y esta vez se hizo pasar por un agente de ICE llamado Kevin Ruiz.

El supuesto agente le dijo a la víctima que estaba requerida en California por haber intentado engañar a una menor de edad con fines sexuales, y le exigió el pago de 56.000 dólares a nombre de otra persona inexistente, que sería abogado. El extorsionador se presentó asimismo en el apartamento de la víctima, le mostró un arma de fuego y le exigió pagos adicionales con la amenaza de deportarlo y de lastimar a su familia en El Salvador.

En octubre de 2013 Ozuna Peralta incorporó a su madre al engaño, quien se hizo pasar por jueza federal de Inmigración y le exigió 75.000 dólares en pagos de 4.000 dólares por semana para evitar su deportación. En el comunicado se señala que, al emitir las sentencias, el juez federal John J. Tharp expresó que se trataba de “un crimen muy serio”, donde los acusados “explotaron la vulnerabilidad de una persona para obtener un provecho financiero”.