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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
| 5:35 am

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Tu debes seguir viviendo sin cargas ajenas

Vivir sin Cargas

“A algunas personas les es muy difícil librarse de la mala costumbre de llevar sobre sus hombros cargas ajenas. En especial aquellas personas que en su infancia sufrieron del abuso emocional de sus padres y superiores tienen una especial tendencia al sacrificio. A todos nosotros nos mal enseñaron haciéndonos pensar que la empatía significaba cargar con los problemas, emociones, pensamientos neuróticos y decisiones de los demás; llenarnos de culpa y de preocupaciones ajenas. Nos enseñaron que lo que los demás piensan de nosotros era más importante que nuestra propia felicidad y visión de cómo son y deben de ser las cosas para nosotros mismos.

La diferencia entre ayudar cuando nos lo piden y cargar con los problemas ajenos es muy fácil: Cuando ayudamos a alguien de manera sana, no nos olvidamos de nosotros mismos cuando lo hacemos y no aceptamos a pie juntillas la versión del otro. La diferencia fundamental es la culpa. Cuando nos sentimos culpables por no llevar una carga ajena sobre nuestros hombros, supone que nuestra actitud no es saludable. En cualquier momento nos abandonamos y olvidamos, cambiamos nuestro humor, nuestra perspectiva y nuestros sueños por los de los demás. Si la percepción de otro sobre ti mismo te enfada, te entristece o te perturba, le estas dando demasiado poder y estarás cargando con su negatividad.

Esta actitud ante la vida, además de traernos mucho sufrimiento, quebraderos de cabeza y dolor, provoca importantes problemas de salud. Muchos de nuestros órganos pueden sufrir: Nervios, corazón, hígado, riñones, glándulas suprarrenales... la lista es interminable. No es difícil que suframos cansancio crónico, sobrepeso, depresiones frecuentes e incluso algún tipo de adicción.

Un método estupendo de librarnos de dolores y culpas ajenas que cargamos en exceso es repetirnos una o dos veces al día los siguientes mensajes:
“Mi estado natural es ir ligera(o) y sin cargas ajenas”
“Me merezco estar rodeada de personas maduras y que proyecten positividad sobre mi”
“Devuelvo a aquellos a quienes pertenecen sus cargas y su negatividad”
“Yo no cargo con lo negativo y las cargas ajenas”
“Cada uno puede cargar y resolver sus propias cargas y problemas”
“No acepto proyecciones de los demás. Los demás son responsables de sus proyecciones y problemas”

Aplicando esta técnicas poco a poco nos irá siendo más fácil, hasta que el universo capta el mensaje de que no llevamos cargas ajenas y las personas que se asemejan más a nuestros deseos de vivir ligeros y felices se irán acercando a nuestras vidas. Cuando aceptamos las cargas de los demás, igualmente, no les permitimos llevar a cabo su destino y aprender de sus sentimientos.

De alguna manera les alejamos de su meta y les condenamos a ser una persona inmadura que no sabe ocuparse de sus asuntos, que no acepta que tú tengas tus propios intereses y valores y que culpa a los demás por todo lo que sucede. Es un proceso fundamental para alcanzar la verdadera madurez y autoconocimiento.

Por supuesto no se trata de egoísmo, ni de falta de solidaridad y compañerismo, sino de salud y desarrollo personal. Piensa que el desarrollo del proyecto vital de cada persona hace crecer a todos los demás. Así que soluciona tus propios problemas, disfruta y sé feliz. ¡Lo mereces!”