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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
| 11:23 am

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“La Sanación Interior”

La sanacion interior

Con este capítulo entramos en el tema de la Sanación interior, tema muy amplio y a la vez complejo. Por ello le vamos a dedicar varios capítulos.

“Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer mandamiento. El segundo, es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

(Mt.22,37-40)

Muchas veces hemos leído este pasaje de la Escritura y hemos intentado vivir este mandamiento. Y en esta búsqueda y esfuerzo para amar a Dios y amarnos a nosotros mismos de una manera más completa, tenemos varios accesos para llegar a ello, mediante la sanación interior.

Un ejemplo, citado por Robert De Grandis, lo tenemos en el Apóstol Pablo. Pablo combatió y persiguió a los cristianos, creyendo que debía hacerlo ya que tenía los poderes recibidos de los Sumos Sacerdotes, hasta que un día, de camino a Damasco, oye una voz que le llama y le pregunta por qué le persigue; y a continuación le dice, que entre en la ciudad y allí le dirían lo que debía hacer. (Hch. 9,1-9) Ananías le impuso las manos y recibió el Bautismo en el Espíritu Santo. Al llenarse del Espíritu, Pablo comenzó su sanación interior. Al final de su vida, Pablo nos habla de un hombre transformado: ? A través de muchos años de oración.

• De leer las Escrituras.
• De ser Ministro del evangelio.
• Y de llevar diariamente su cruz.

Y pudo decir al final: “Y no soy yo quien vive, sino es Cristo que vive en mi.” Pablo iba dando testimonio, llevando el Reino de Dios, y habla de Jesucristo, nuestro Señor, a los mismos que él había perseguido y odiado y rechazado tanto; pero evidentemente, Pablo estaba sanado de sus sentimientos negativos hacia ellos, y ahora solo sentía amor, y quería compartirles la Buena Nueva de Nuestro Señor Jesucristo. Este es Pablo, el hombre que pasó por un proceso de sanación interior, y esta sanación la fue recibiendo, caminando con Jesús, dejándose guiar por Jesús, y así fue sanado y tuvo los mismos sentimientos de Cristo. (Fil. 2,5)

La sanación es un proceso y cuando vamos por ese camino como lo hizo Pablo, nos transformamos a la imagen de Nuestro Señor Jesucristo, y vamos teniendo los mismos sentimientos de Cristo, convirtiéndonos en una nueva creación a través de Él. Como conclusión, podemos decir que en el consciente y subconsciente se encuentra lo principal de nosotros, que quizá nunca conozcamos o conozcamos muy poco, y es aquí donde se realiza la sanación interior. En el proceso de la sanación interior, no basta dominar los aspectos psicológicos; pueden ayudar, a nivel humano, pero sin rebasar el propio campo. Se requiere a nivel sobrenatural, ser utilizado por el Señor para que El vaya restaurando la personalidad profundamente herida y bloqueada. Esta sanación debe ir empapada de la “compasión” del Señor; esto es lo fundamental. Por lo tanto, la ayuda al enfermo tiene que ir acompañada y revestida de la misma compasión de Cristo, ya que ese amor penetra y cura las capas más profundas del subconsciente.