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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
| 8:39 am

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Si quieres hacer reír a Dios cuéntale tus planes

Cuentale tus planes

Sin afán religioso, el otro día escuchaba sobre lo que debió haber sentido Noé cuando Dios le dijo que hiciera un arca y congregara a todas las especies de animales y a los suyos porque vendría una gran tempestad. De seguro, empezando por su esposa e hijos, fue el hazmerreír de todos. Luego, al esperar tantos años, no dudo que él mismo haya pensando que se había vuelto loco.

Pero no, porque todo pasó tal se le había dicho. Su obediencia, capacidad para escuchar a la vida, Dios, la energía, la fuente, el universo -como quieras llamar a eso superior que le habló-- es digna de admiración, así como es mínimo rendirle un aplauso de pie a su Fe. Sí, esa que tantos decimos tener pero que si existiera un aplicación para medirla, como se mide el porcentaje de pila del celular, cuidado y la mayoría andaríamos en números rojos de la baja carga de Fe que tenemos.

Muchas veces, casi a diario, olvidamos que absolutamente no tenemos el control de nada de lo que vinimos a aprender en nuestra experiencia humana. (Si lo tuviéramos sería bastante aburrido de hecho, sería una vida sin emoción, sin retos, sin aprendizaje). Pasamos aferrados tercamente a nuestra voluntad. Sentimos, creemos y asumimos que lo que nosotros pensamos es lo único que debe manifestarse en nuestras vidas; cuándo y cómo nosotros deseamos.

La frustración, que apuesto has sentido en algún grado y en uno, varios o muchos momentos de tu vida, tal cual yo lo he vivido, es cuando las cosas no salen de esa forma que planeamos y la vida te hace esperar o te lleva por otro lado. No, bueno, hay que ver nuestras reacciones que varían desde rayando en la desesperación, la tristeza, la congoja y la depresión.

Pero, ¿quién nos dijo que tenía que ser como nosotros decimos?, ¿en donde está el papel firmado con tal sentencia y garantía? La única firma que Dios ha puesto en nuestra vida es la de prestárnosla y la de haber depositado deseos en nuestro corazón que es lo que Él desea que realicemos. Sí, es su plan el que vinimos a realizar, no el nuestro. El porqué la mayoría de las personas experimentamos esa frustración por no recibir lo que nosotros creemos que nos corresponde en todas las áreas -- personal, profesional, de relaciones, amistad y otras--, es muy simple: porque hemos perdido la Fe.

\Y no es que voy a entrar en temas religiosos, que yo honestamente con la religión no me llevo, pero sí con Dios o al menos algo superior a nosotros. La mayoría nos decimos hombres de Fe, pero, la mayoría también lo somos de la boca para afuera. Nuestro corazón está “pensando” terca e intensamente en todos los deseos que nosotros mentalmente, por compararnos con los demás, gracias a la influencia del marketing, por falta de auto y otras situaciones, hemos creado. Ya no creemos en lo que deberíamos de creer. Creemos en lo que creemos nos conviene.

Por ejemplo: las relaciones de pareja son tan complicadas actualmente. En la época de mis abuelos, casarse era “para toda la vida”. Te fuera como te fuera, desarrollabas esa tolerancia y capacidad de siempre buscar una solución, una salida para permanecer juntos.