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Lunes, 2 de Diciembre del 2024
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La inadmisible conducta suicida de la humanidad

Por: Víctor Corcoba Herrero/ Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Autodestruye

Cada día más pueblos pierden el poder de autogobernarse, encerrados en batallas inútiles, que dificultan el clima armónico y propician un suicidio colectivo. Indudablemente, la conducta suicida se haalimentado en los últimos años, tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo. Anteesta angustiosa realidad, considero una buena acción concienciar a todos los moradores del planeta, queestas situaciones de riesgo se pueden aminorar con el fortalecimiento de estrategias de salud mental, laejecución de políticas para reducir el consumo nocivo de alcohol y demás sustancias estupefacientes y psicotrópicas, con restricciones de acceso a medios como las armas que pueden ser utilizados parasuicidarse.

A esto hay que sumarle el vacío espiritual que sufrimos como especie, que no sólo ha dejadosin orientación a las jóvenes generaciones, son muchos los corazones humanos que han perdido suidentidad, su propia dignificación y pertenencia a la vida. Deberíamos injertar en nuestra mente más criterios de coherencia con lo que somos, seres pensantes vivos y no asesinos. Con la palabra también se puede activar la conducta asesina, hoy tandifundida a través de los medios tecnológicos, mediante calumnias y difamaciones. Es otra manera dematar, porque quien insulta, acuchilla. La falta de respeto hacia nuestro análogo se ha convertido en algoenfermizo; de ahí, la necesidad de conectarnos de otra manera unos con otros, tal vez más con el alma,para que la comunicación sea menos hiriente, y de este modo procuremos cuidarnos y protegernos.

Nosalegra, pues, que coincidiendo con el Día Mundial para la prevención del Suicidio (10 de septiembre), ydado que la Organización Mundial de la Salud estima que más de 800.000 personas mueren por suicidiocada año, lo que supone una persona cada 40 segundos, se aliente la prevención como algo posible yrealizable, a pesar de nuestras mundanas contrariedades. Realmente, pienso que detrás de una actua- ción suicida hay un desorden, no sé si mental, pero síun caos humano; un desequilibrio que puede corregirse y que ha de enmendarse, desde luego, más prontoque tarde. Hay algo que no funciona en ese ser humano. Se ha devaluado tanto su existencia que opta porno querer vivir.

Por desgracia, en lugar de activar la vida, hemos fomentado tantas veces una cultura demuerte, que esta es la factura de nuestros despropósitos, la de rearmarse y auto destruirse. Sería bueno despertar a la luz. Por eso, celebro aquellos humanos que se afanan en regenerar otros espacios deesperanza, en abrir posibilidades a una vida de concordia. El futuro es nuestro, de cada uno de nosotros,pues siempre va a depender de cada cual hacer respetar nuestra pobreza. No podemos permitir que nadienos lo asesine o nosotros mismos nos lo liquidemos. Ha llegado el momento de plantarse.

Laconsideración a la coexistencia es fundamento de cualquier otro derecho, incluidos los de la libertad, conla que tanto se nos llena la boca en la actualidad. Una generación que no se deja respetar, que usa lainocencia de los niños para adoctrinarlos en la muerte, o desecha la sabiduría de los que caminan por elatardecer de sus vidas, merece cuando menos un buen correctivo por la negligencia de los modales y elabandono de sus deberes. Esta sociedad tiene que aprender a relacionarse, a quererse humanamente, a conectar con elcorazón de las culturas, no virtualmente, que nos aborrega el sentimiento.

Recuerden lo que decía en sutiempo el célebre filósofo y escritor español, Miguel de Unamuno, “hay que sentir el pensamiento ypensar el sentimiento”. ¡Cuánta razón hay en ello!. Tenemos que reconducirnos, esperanzarnos,revivirnos, rehacernos junto a esa creación de la que somos parte. El amor es lo que nos ha de mover,justamente el amor, tan solo con el amor podremos querernos auténticamente. Sin duda, aquellos que hanestado al borde del suicidio pueden ayudar a comprender la compleja interacción de hechos ycircunstancias que los llevaron a ese punto y las que les salvaron o ayudaron a elegir un camino en favorde la continuidad del camino viviente.