1. Skip to Menu
  2. Skip to Content
  3. Skip to Footer
Lunes, 2 de Diciembre del 2024
| 4:44 am

Síguenos en Las Americas Newspaper Facebook Las Americas Newspaper Twitter Las Americas Newspaper Google Plus

Concurrencia de pulsos ante las atrocidades

Por: Víctor Corcoba Herrero/ Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Muro Fronterizo

Cooperación, más cooperación y más colaboración, es lo que nos da fuerza para poder ingerir los días sin caer en el desconsuelo. Sin duda, ahí radica la mejor prueba de socialización, de avance humanista de la especie. Para todo nos hace falta tesón y esfuerzo, sin obviar que en solitario tampoco se consigue nada, es menester que la contribución de cada ser humano se intensifique, mayormente para prevenir y resolver los conflictos violentos que impulsan los sembradores del terror. Únicamente, desde laconcurrencia de pulsos, se pueden reconstruir caminos de concordia, enhebrar horizontes limpios, oxigenar el planeta, engrandecer la vida de todos y de cada uno de nosotros. Tenemos que ir unidos, sindesfallecer, sólo así renacerá una humanidad más armónica, menos interesada, más solidaria y auténtica.

A propósito, resulta alentador que, con ocasión del quinientos aniversario de la Reforma, protestantes y católicos acepten la conmemoración conjunta de los acontecimientos históricos del pasado, como una oportunidad para refundirse en las ideas. Esas conjunciones de pensamientos diversos, pero no distantes, nos invitan a ser más comprensivos, a despojarnos de todo resentimiento, a conciliar otras ansias que nadatienen que ver con el poder, sino con la donación, con la entrega y generosidad de no descartar a nadie denuestro entorno, de nuestro propio camino. Es verdad que la humanidad ha ido avanzando en sus conquistas científicas y tecnológicas, hastaglobalizarnos, pero no hemos sabido aún conciliar esfuerzos y alimentar uniones. Cada país tiene o tendránecesidad de los demás. Por desdicha, andamos como muy divididos, con el corazón herido, por falta deconsideración de unos para con otros, levantando muros en vez de abrir fronteras. Nos urge calmarinútiles y absurdos frentes que lo único que vierten son riadas de angustia y dolor.

Quizás debiéramospensar más en la política de puertas abiertas. Ojalá, en un futuro próxim o , l a ciudadanía active una culturamás del alma, de la trascendencia, de los valores del espíritu en definitiva. Será un buen modo de asegurarel sosiego y de activar la paz en los corazones. Lo cierto es que cada día son muchos más los ciudadanosque necesitan ayuda humanitaria. Es el efecto de la pérdida de humanidad, de la falta de concienciasustentada en sólidas leyes morales. Verdaderamente, ahora caminamos sin apenas sentirnos humanos,como muy multiplicados en pugnas, en batallas inútiles, sin tiempo alguno para la reflexión y el diálogo,para la escucha y la mano tendida.

Lo que si resulta preocupante son las incesantes violaciones dederechos humanos perpetradas a nivel mundial contra cualquier persona. Esto debería aminorarse y ver lamanera de entenderse, mediante la apertura de la mente y el corazón.No hay otra manera de avanzar humanamente que ayudarse, como agentes de libertad y dejusticia, a continuar hermanados para superar las barreras y los conflictos. El mayor regalo que nospodemos dar es no tener recelo a la concurrencia de latidos. ¡No hay que tener miedo a amar!. Aunque eldesafío sea un compromiso, con el riesgo de que se aprovechen de uno, vale la pena la apuesta, el reto dela comunión, pues también las tragedias de la vida nos refuerzan el entusiasmo por vivir y nos endurecenpara soportar la carga. No es fácil esa afluencia de latidos en un ambiente que debilita todo lazo social,que abandona a los débiles, que aviva las desigualdades y el egocentrismo.

Al mismo tiempo, es evidenteque tampoco las corruptas situaciones actuales, donde la ética apenas cuenta en muchos labios de poder,son capaces de generar vínculos auténticos de hermanamiento. Pero aún así, no podemos perder la esperanza por muchas que sean las adversidades. En este sentido, nos ha dejado un buen sabor de bocasaber que durante los últimos veinte años, más de cien mil niños soldados han salido del control de lasfuerzas de seguridad y grupos armados, gracias a la acción conjugada y conjunta de Naciones Unidas, los Gobiernos y la sociedad civil. ¡Bravo por ello!. Confluyamos con el corazón, es nuestro germen decoexistencia. Algo es todo