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Miércoles, 13 de Noviembre del 2024
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La evolución de la reprodución sexual y los virus tienen más en común de lo que parece

Virus

La reproducción sexual y las infecciones virales realmente tienen mucho en común. Según una nueva investigación, ambos procesos se basan en una única proteína que permite la fusión sin problemas de dos células, como una célula de esperma y una célula de huevo, o la fusión de un virus con una membrana celular.

La proteína está muy extendida entre virus, protozoos unicelulares y muchas plantas y artrópodos, lo que sugiere que la proteína evolucionó muy temprano en la historia de la vida en la Tierra. El descubrimiento, publicado en la revista Cell, revela nuevos detalles sobre la evolución del sexo. La proteína actúa como una ‘clave’ bioquímica casi universal que permite a dos membranas celulares convertirse en una, dando como resultado la combinación de material genético, un paso necesario para la reproducción sexual.

Nuevos detalles sobre la función de la proteína podrían ayudar a combatir las enfermedades parasitarias, como la malaria, e impulsar los esfuerzos para controlar las plagas de insectos.

“Nuestros hallazgos demuestran que la naturaleza tiene un número limitado de maneras en que las células pueden fusionarse en una sola célula”, señala uno de los autores principales, William Snell, profesor de investigación en el Departamento de Biología Celular y Genética Molecular de la Universidad de Maryland (UMD), en Estados Unidos.

Snell se unió a UMD en junio de 2016, pero realizó la mayoría del trabajo en su institución anterior, el Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas.

“Una proteína que hizo el sexo posible por primera vez (y todavía se utiliza para la reproducción sexual en muchos de los organismos de la Tierra) es idéntica a la proteína utilizada por el dengue y los virus Zika para entrar en las células humanas (dice Snell). Esta proteína debe haber puesto realmente la especia en la sopa primordial”.

Snell y sus colegas estudiaron la proteína, llamada HAP2, en la alga verde unicelular ‘Chlamydomonas reinhardtii’. HAP2 es común entre protozoos unicelulares, plantas y artrópodos, pero no se encuentra en hongos o vertebrados como los humanos. Resultados anteriores de Snell y sus colaboradores, así como otros grupos de investigación, indicaron que HAP2 es necesaria para la fusión de células sexuales en los organismos que poseen la proteína, pero el mecanismo preciso seguía siendo incierto. Las células sexuales fueron capaces de adherirse (un proceso que depende de otras proteínas) pero no pudieron completar la fusión final de sus membranas celulares.