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Viernes, 15 de Noviembre del 2024
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La violencia contra la mujer guarda relación con los problemas de la salud reproductiva

Violencia mujer

Violencia contra la mujer y derechos reproductivos en las Américas: avances y retos persistentes. Fecha: 2 de diciembre de 2014, de 14.30 a 17.30. Organización de los Estados Americanos, Sala Rubén Darío, 1889 F St., N.W., Washington, D.C. Transmisión en directo: www.oas.org/en/media_center/webcast_schedule.asp

Según se desprende de estudios realizados en un sinnúmero de países de todo el mundo, los embarazos no deseados, las infecciones de transmisión sexual y los abortos espontáneos son más frecuentes en las mujeres que informan haber sido víctimas de violencia en algún momento de sus vidas. En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra todos los años el 25 de noviembre, la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) insta al sector de la salud—especialmente los servicios de salud sexual y reproductiva—a involucrarse en las actividades dirigidas a prevenir y responder a la violencia contra la mujer.

“Este es un problema de gran magnitud, con muchas implicaciones para la salud”, afirmó la doctora Carissa F. Etienne, Directora de la OPS/OMS. “El sector de la salud tiene un papel que jugar tanto en la prevención como en la respuesta”, señaló y añadió que para abordarlo también se necesita del involucramiento de otros sectores.

La violencia contra la mujer sigue siendo un grave problema de salud pública en las Américas, donde una de cada tres mujeres experimenta durante su vida violencia física o sexual por parte de su pareja o violencia sexual por parte de alguien que no es su pareja, y donde 20% de las mujeres informan haber sido víctimas de abuso sexual cuando eran niñas. Las mujeres jóvenes de entre 15 y 19 años de edad son las más expuestas al riesgo de violencia física o sexual por parte de su pareja, y muchas de ellas indican que su primera experiencia sexual fue un acto que no buscaron o que les fue impuesto.

Esa violencia no solo provoca lesiones o incluso la muerte, sino que además tiene una repercusión poco reconocida en la salud reproductiva de las mujeres, que se traduce en más complicaciones en el embarazo, así como en embarazos no deseados, abortos espontáneos e infecciones de transmisión sexual (ITS), incluido el VIH. En algunos países de las Américas, los niveles de embarazo no deseado son dos a tres veces mayores en las mujeres que informan haber sufrido violencia a manos de su pareja que en aquellas que no lo hacen. La pérdida de embarazos es dos veces mayor en las mujeres que informan haber sido víctimas de violencia, en tanto que el riesgo de parto prematuro es 1,6 veces superior.

Hay estudios en los que también se ha constatado que la violencia es una causa importante de mortalidad materna. La violencia infligida por la pareja fue la causa principal de muerte materna—responsable de 20% de esas defunciones— en tres ciudades de los Estados Unidos entre 1993 y 1998.