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Jueves, 14 de Noviembre del 2024
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Mal de Parkinson, hispanos lo ignoran o aplazan tratamiento

Parkinson

Desde que emigró a Estados Unidos en 1975, el mundo de Félix Saldaña giró alrededor de subir y bajar altas tarimas, estructuras de madera y operar maquinaria, debido a su trabajo en el ramo de la construcción

Saldaña pertenece a la minoría latina que tiene el doble de probabilidades de desarrollar el mal de Parkinson junto con la población blanca en Estados Unidos, en relación a los afroamericanos y asiáticos, según el mayor estudio epidemiológico realizado sobre la incidencia de la enfermedad publicado en el 2010. Desde que emigró a Estados Unidos en 1975, el mundo de Félix Saldaña giró alrededor de subir y bajar altas tarimas, estructuras de madera y operar maquinaria, debido a su trabajo en el ramo de la construcción, el cual cumplió sin problemas durante muchos años, tal vez respaldado por la fuerza física adquirida como boxeador amateur cuando vivía en México.

Con el tiempo, se convirtió en supervisor general en su compañía, hasta que un día a sus 46 años de edad, comenzó a sentir sus manos temblorosas, las piernas rígidas, fatiga extrema y a sufrir caídas frecuentes, recordó.

Pensó que esas molestias eran normales por su trabajo, hasta que captaron su atención cuando ocurrió lo que así describe: “No pude moverme ni voltear la cabeza a la hora de usar el equipo y sufrí dos caídas de altura que obligaron a mi jefe a asignarme otras tareas a ras del suelo”.

Saldaña reveló que ignoró esos síntomas por más de dos años.

“Viví esos dos años muy deprimido y resistiéndome a las señales, pero a medida que se hicieron muy notorias y luego me impidieron continuar trabajando, accedí a ser revisado por un especialista y tras varios exámenes médicos fui diagnosticado con el mal de Parkinson”, explica.

“Después de saber que tenía la enfermedad, me aislé de la gente, no quería que nadie me viera porque pensé que se iban a burlar de mí, me escondía, me daba vergüenza que se dieran cuenta y temía mucho caerme, fue un largo tiempo de confusión y angustia”, expone.

Saldaña pertenece a la minoría latina que tiene el doble de probabilidades de desarrollar el mal de Parkinson junto con la población blanca en Estados Unidos, en relación a los afroamericanos y asiáticos, según el mayor estudio epidemiológico realizado sobre la incidencia de la enfermedad publicado en el 2010. Además, forma parte de la población hispana que presenta una mayor tendencia a ignorar los síntomas de la enfermedad por identificarlos como propios de la edad, a postergar el tratamiento debido a desventajas económicas y a excluirse de la educación sobre la condición, desaprovecha recursos y avances médicos existentes.

A sus 63 años, ahora el inmigrante mexicano originario del estado de Guanajuato, conoce bien el padecimiento, se ha adaptado a las condiciones que genera y acepta la ayuda de los demás, incluso de su esposa y vecinos.

“Ya saben que estoy chueco, eso se ve”, señala bromeando.