¿Realmente no desayunar engorda?
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- Categoría: Salud
- Publicado el Sábado, 1 Junio 2013 1:42am
A menudo se dice que el desayuno es una parte esencial de una dieta sana, especialmente cuando se trata de cuidar la figura. Pero no a todo el mundo le queda fácil comer tan temprano en la mañana: en Europa y Estados Unidos entre 10% y 30% de la población se salta el desayuno. Las adolescentes son las más propensas en hacerlo, diciendo que no tienen tiempo o hambre o que están a dieta.
Dejar de desayunar va en contra de lo que se aconseja generalmente: la lógica es que quien no come temprano estará con hambre el resto del día y por ende tentado a tomar refrigerios con muchas calorías, lo que hace que gane de peso. La teoría es razonable, hasta que se trata de encontrar evidencia de que la gente que no desayuna consume más calorías que los que sí.
El primer problema es cómo definir a esa primera comida del día: ¿cuánto hay que consumir para que cuente como desayuno? ¿cuán temprano hay que comer para que sea considerado ‘desayuno’?
Por ejemplo, cuando en EE.UU. el departamento de Agricultura condujo un revisión sistemática de investigaciones sobre el tema encontró que la mayoría de los estudios definían al ‘desayuno’ como los alimentos que se ingerían antes de las 10:00 a.m. Se consideraba que quien comía a las 10:05 a.m. no había desayunado.
Otra dificultad es que lo que se come al desayuno varía de país a país. En Escandinavia esa comida mañanera puede incluir pescado ahumado, en Alemania, carnes frías, en Reino Unido, cereales en caja. Eso hace del estudio el impacto del desayuno más difícil a escala global, pues los beneficios nutritivos dependen de lo que se coma.
Sin embargo, si nos limitamos a revisar las calorías que se consumen, ha habido varios intentos de dilucidar la influencia del desayuno en el peso de la persona. Una revisión de los estudios que se hicieron antes de 2004 (4) encontró que los que se saltan el desayuno no tienden a consumir más calorías durante el resto del día para compensar. Lo revelado sobre el peso es un poco más complejo. Cuatro estudios encontraron que los niños que no comían desayuno tenían en promedio un índice de masa corporal más alto, pero otros tres estudios mostraron que no hacía ninguna diferencia. La ventaja de los primeros cuatro estudios es que los equipos habían controlado más rigurosamente los factores que podrían haber sesgado los resultados.
Así que la evidencia empieza a inclinarse ligeramente hacia el vínculo entre la falta de desayuno y la ganancia de peso. Para enturbiar las aguas, una revisión de EE.UU. de 2011 (5) citó cinco estudios sobre ese vínculo: tres decían que no existía y uno encontró lo opuesto, es decir, que entre niños con sobrepeso, los que desayunaban eran más gordos.
Y, para confundir aún más, un meta análisis (6) que recogió los resultados de 19 estudios hechos en regiones de Asia y el Pacífico encontró una relación entre saltarse el desayuno y la subida de peso. Una revisión sistemática europea (7) obtuvo resultados similares, aunque uno de los estudios señaló que sólo los chicos que desayunaban subían de peso.
Si no se trata del total de las calorías consumidas, ¿será que el momento en el que se come influye? ¿Son mejores tres comidas más pequeñas que dos más grandes?