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Miércoles, 4 de Diciembre del 2024
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Excombatientes combaten estrés postraumático con marihuana

Marihuana

El marine retirado Mike Whiter fuma marihuana en su casa en Filadelfia. Varios estados estudian la legalización de la marihuana para tratar el trastorno de estrés postraumático. Sin embargo, la eficacia de la droga para combatir el trastorno no está demostrada.

Varios estados estudian la legalización de la marihuana para tratar el trastorno de estrés postraumático. Pero para muchos veteranos de guerra, el debate ha terminado. Consumen el cannabis aunque no es legal en la mayoría de los estados ni ha sido aprobado por el Departamento de Asuntos de Veteranos porque su eficacia contra el trastorno no está demostrada.

Aunque los resultados de las investigaciones han sido contradictorios y limitados, algunos militares retirados dicen que la yerba les ayuda a controlar la ansiedad, el insomnio y las pesadillas. Dicen que medicamentos como Klonopin y Zoloft no resultaron eficaces o los redujeron al estado de zombis.

“De ser un trastornado por la ansiedad pasé al entumecimiento con las píldoras que me daban”, dijo Mike Whiter, un ex marine de 39 años que vive en Filadelfia, donde la marihuana es ilegal. “El cannabis me ayudó a salir del pozo. Empecé a hablar con gente y superar mi ansiedad social”.

Otros, en cambio, han encontrado escasos beneficios en la droga. La Administración de Veteranos (VA) ha señalado un aumento perturbador de los veteranos con estrés postraumático que han caído en la dependencia de la marihuana, que según algunos especialistas puede impedir la superación de los traumas provocados por la guerra.

Sally Schindel, de Prescott, Arizona, dijo que la VA diagnosticó estrés postraumático a su hijo Andy Zorn, veterano de la guerra en Irak. Luego le diagnosticó dependencia de la marihuana además de depresión y trastorno bipolar.

Schindel dijo que su hijo no consumía marihuana con fines recreativos sino de automedicación, en particular para poder dormir. Se suicidó a los 31 años, en 2014, y dejó una nota en la que dijo que “la marihuana mató mi alma & arruinó mi cerebro”.

“Me dijo que dejar (la marihuana) le resultaba mucho más difícil de lo que había pensado”, dijo Schindel. “Compraba, fumaba y tiraba el resto al inodoro. Al día siguiente volvía a comprar”.

Estas y otras historias similares alimentan el debate sobre si los estados y el gobierno federal deben legalizar la droga para el tratamiento del estrés postraumático. Son cada vez más los legisladores tienen a simpatizar con veteranos como Whiter a pesar de la falta de pruebas científicas.