Población hispana de EEUU tiene alto riesgo de padecer insuficiencia cardíaca
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- Categoría: Salud
- Publicado el Lunes, 18 Abril 2016 7:33pm
Pero menos de 1 de cada 20 de esos pacientes sabía que tenía un problema, según publicació. Esto se debería, en parte, a la ausencia de síntomas, por lo menos inicialmente, según dijo Hardik Mehta, del Centro Médico Bautista de Wake Forest, en Winston-Salem, Carolina del Norte. Los hispanos son especialmente vulnerables a los trastornos de la función de bombeo del corazón porque son más propensos que otros a tener factores de riesgo de insuficiencia cardíaca, como diabetes, obesidad e hipertensión, según publica el equipo de Mehta.
“La prevalencia de los factores de riesgo es más alta, pero ahora sabemos que la prevalencia de la disfunción cardíaca asintomática también es muy alta”, agregó Mehta. “Al compararla con la de otras etnias con altos factores de riesgo, como los afroamericanos no hispanos, los hispanos siguen reteniendo una mayor prevalencia de la disfunción cardíaca”, señaló.
Su equipo estudió a un grupo de personas de entre 45 y 74 años de Nueva York, Chicago, Miami y San Diego. Los pacientes tenían 57 años en promedio y el 43 por ciento era hombre. Un 32 por ciento era estadounidense cubano, un 20 por ciento era estadounidense mexicano, un 18 por ciento era dominicano, un 17 por ciento era portorriqueño, un 6 por ciento era centroamericano y otro 6 por ciento tenía ascendencia sudamericana. La mitad vivía con una disfunción diastólica del ventrículo izquierdo, que es cuando la cámara inferior izquierda del corazón no logra recibir suficiente sangre entre los latidos. El 4 por ciento tenía una disfunción sistólica del mismo ventrículo, que aparece cuando la cámara cardíaca más grande no expulsa la sangre al cuerpo con la fuerza que debería.
Los resultados sugieren que los pacientes hispanos/ latinos se beneficiarían con la pesquisa de la diabetes y otros factores de riesgo para identificar los problemas antes de llegar a la insuficiencia cardíaca, opinó el doctor Andrew Krumerman, del Centro Einstein para la Atención Cardíaca y Vascular de Montefiore, en Nueva York, que no participó del estudio.