Una dieta saludable para el cerebro y buen antiinflamatorio
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- Categoría: Salud
- Publicado el Domingo, 22 Enero 2017 2:25pm
“En Ecuador no se la consume tanto”, asegura la médico nutricionista Narcisa Zambrano de Lecaro. “No era conocida hasta hace poco. Es un producto nuevo, la mayoría de la producción se la exporta a Europa y Estados Unidos. Aquí no la consumen porque se piensa que solo es digestiva, laxante pero su verdadera función es ser un potente antioxidante”, detalla la especialista.
Si revisamos datos de la Librería Nacional de Medicina de los Estados Unidos encontramos varios estudios que avalan a esta fruta y resaltan la cantidad de antioxidantes que posee y su poder antinflamatorio.
“Por ser rica en vitamina C contribuye a la producción de colágeno evitando el antienvejecimiento. Tiene unas semillitas que son ricas en Omega 3 que, incrementa el colesterol bueno y previene enfermedades cardiovasculares”, agrega Zambrano.
La pitahaya roja tiene muy pocas calorías, es hidratante, ideal para personas con hipertensión porque desinflama las arterias y enfermedades crónicas como la artritis, y produce saciedad por ser rica en fibra. No es tan laxante como la amarilla.
Zambrano menciona que a pesar de ser una fruta ligeramente dulce es apta para diabéticos. Estos pacientes podrían reemplazar una comida como la merienda por una pitahaya acompañada de frutos secos, avena y un poco de yugur natural. La vitamina C que contiene también ayuda a fijar el calcio y el hierro mejorando la cicatrización y fortaleciendo los huesos y la dentadura.
“Deberíamos empezar a consumirla más porque se trata de una fruta preventiva. Todas las frutas son buenas pero hay unas más antiinflamatorias que otras y esta es una de esas”, dice.
Deben evitar ingerirla las personas con divertículos y aquellas que sufren insuficiencia renal crónica, advierte Zambrano. (F) Además de comer la fruta al natural, la pitahaya tiene aplicación en la cocina gourmet. Se la puede utilizar en postres, bañada con fondue de chocolate; en frozen (para esto congelamos la pulpa y la licuamos con agua, yogur o leche, no necesita azúcar). También combina en platos salados.